martes, 20 de agosto de 2013

I rest my case... o de cuando los argumentos no sirven

Es domingo, pienso que es buena idea que O se duerma temprano, que descanse bien. 

Él en cambio, no se resigna a que se acabaron las vacaciones y mucho menos a que ya la escuela no vaya a ser tanta pachanga. Como medida para prolongar el inminente fin, insiste en que quiere cenar en la tele. 

- Voy a cenar rápido, de veras -me dice.
- Mañana hay clases, además es el primer día del curso escolar.
- ¿Cuáles son las razones?

Le explico del descanso que requiere su cerebro y cómo lo estimula la tele. Insiste hasta el cansancio que a él la tele lo relaja. Busco en Google artículos sobre ver tele antes de dormir y le leo extractos. O escucha y pregunta:

- ¿Quién escribió eso?
- Varias personas, se basan en investigaciones.
- ¿Y cómo hacen esas investigaciones?
- Con grupos de niños y comparan sus rendimientos y cómo duermen.
- ¿Y escriben esas ridiculeces (batalla en articular esta palabra, la pronuncia sílaba por sílaba, pero la completa bien) sólo para que no puedan ver la tele los niños?

PD Para los curiosos. O no cenó en la tele.