domingo, 6 de junio de 2010

De los desayunos de domingo

Acabo mi desayuno y mientras O come su cereal con la cuchara de Rayo McQueen, saco una bolsa con lichis y la pongo sobre la barra donde él desayuna.

Me pregunta "¿cómo se llama esto?" y repite la palabra de diversas maneras. Me siento junto a él en un banco alto y pelo el primero. Me pregunta por qué lo pelo y le explico que la cáscara es rugosa y la acerco para que la toque, luego hago que sienta lo liso de adentro.  

- Tiene un hueso en el centro no te lo comas. -Se lo doy y lo prueba.

- Sabe feo. 

- Mmmmmm rico, -digo mientras como el mío. El le da otra mordida. 

- Me gusta. 

Se acaba su lichi y pide otro. Le da mordidas pequeñas, saborea la textura, el siguiente lo mete todo de un jalón a su boca, veo como escurre el jugo de la fruta por las comisuras. Mete su mano para jalar el hueso y ruñe los pedacitos que quedaron pegados.

Juega con las cáscaras que están sobre el plato, las rompe en pedacitos chiquitos. Lo veo, admiro su capacidad de explorar texturas y sabores nuevos. Sonrío, disfruto de esta mañana de domingo.


sábado, 22 de mayo de 2010

De la entrevista

Se acerca O sosteniendo un micrófono hecho con su Tinkertoy.

- ¿Cómo se llama?

- Yo me llamo Syl, también conocida como la mamá de O.

Se va caminando y acerca su micrófono a su boca:

- Yo soy hijo de mamá.

Si supieras lo que estás diciendo, todo lo que eso implica. ¿O es que lo sabes y por eso lo dices?

lunes, 10 de mayo de 2010

te amo

Anoche entré a tu recámara antes de acostarme. Estabas con la cabeza hacia la piecera, me sentiste entrar y te acomodaste. Me acerqué a darte un beso y me metí a la cama junto a ti, te acurrucaste en mí sin despertar. Te inhalé, me reconocí en tu olor. A veces me sorprende que estés en mi vida, que seas tan parte de ella. Hay días que cuando te abrazo me parece irreal que seas mi hijo. Pienso en todo lo que tuvimos que vivir para encontrarnos. El mundo se acomodó para darnos este espacio y este tiempo. Mágicamente.

Día con día te aprendo, nunca dejaré de hacerlo porque diario vas siendo otro, cada vez más tú, es inevitable, me alegra. Conozco la suavidad de tus cachetes que es distinta en las mañanas, veo como aprehendes esta realidad que te toca vivir, disfruto tus movimientos al ritmo de la música y como buscas cómplices para compartirla, me enamora tu sonrisa deliciosa y sobre todo admiro tu entusiasmo inacabable. Parte del amor que siento se ha ido fabricando con este conocerte, otra parte viene del pasado sin ti y otra más del futuro del que ya eres parte.

Te has colado en mí y en cada parte de mi vida. Sin duda tengo mis espacios y tenga otros roles, sigo siendo en lo individual, aunque ya no soy sin ti. Vives en mi vientre, "au cœur".

Hoy quiero celebrar y celebrarme. Esta maternidad siempre me definió.

viernes, 30 de abril de 2010

De la propiedad de la cama

O se sube a la cama, como todas las mañanas y me dice:

- Esta cama es mía.
- No O, esta cama es de mamá.
- No, también es mía.
- Aunque digas misa es sólo de mamá- me parece que es un momento para insistir en la no propiedad.

O se pone justo frente a mí y dice muy serio:
- Misa.

Si la dijo correcto, con "s" y todo.

sábado, 3 de abril de 2010

De volar de regreso a casa

- ¿Te quedas aqui O? -pregunta la abuela.

- No, Cirrus está esperando,

- ¿Te está esperando la Cirrus? -intervengo yo.

- A mí también, a ti también.

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- O, ve a hacer pipi antes de salir de la casa.

- No tengo.

- Trata, siempre hay un chorrito.

- No tengo mamá, está dormida.

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- ¿A dónde vamos O?- pregunto en la sala del aeropuerto, pensando que me dirá "a casa".

- A avión 

- ¿Y luego?

- A pista.

- ¿Y después de la pista?

- A volar.

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- Mira O, vamos a ser los primeros en salir, cuando pases por la cabina le puedes decir al piloto "bravo piloto".

Camina y cuando llegamos al frente sale la azafata y O se mete a la cabina. Yo trato de detenerlo. El capitán saluda y ordena que le detenga al niño, 

- Bravo piloto -dice O.

Yo trato de sacarlo y el piloto insiste en que lo dejen ahí, da unos últimos datos y pregunta.

- ¿Quién es este niño?

Yo me acerco y le digo su nombre.

- ¿Usted es la mamá de O?

Le contesto que sí.

- Tenga unas alitas para que se las ponga luego.

Salgo del avión pensando en que O sigue encontrando formas de volar.


martes, 23 de marzo de 2010

Del orden en la comida

- Yo quiero más po(s)tre.
- O, si hubieras comido sopa, te podría dar más postre.
- Quiero sopa.
- ¿Después del postre, O?
- Sí, quiero sopa.

O se come su sopa... y más postre por supuesto.

La historia familiar dice, que uno de los tíos de O, primo mío, acostumbraba terminar de comer desde la sopa hasta el postre y luego volvía a empezar. ¿Será que está en los genes?

"Nosotros" por O


La grande es mamá, el chiquito es O.
Dibujado el 14 de marzo, camino a Caleta de Campos.

Del paso del tiempo

- No quiero babero. No me "sucio".

Ya me es habitual esta frase, aunque algunos días pasaba desapercibido el tema y se lo volvía a poner. Pienso que seguro habrá días que se ensucie y no pasará nada. Y se lo digo y agrego:

- Un día me dirás que no quieres el barandal de la cama.

- No quiero barandal.

- No ahora, O, un día, cuando estés listo.

- No quiero barandal.

Pienso que cuando lleguemos a dormir ya se le habrá olvidado y que en unos días o meses será cuando realmente esté listo para dormir sin barandal. El sábado me enseñó que está a punto de poder abrir la llave del lavabo parado en su banquito, cuando hace apenas unos días no parecía estar cerca de hacerlo.

Acabamos de leer como todas las noches, apago la luz y nos acurrucamos. Le canto un pedacito de la canción de Beautiful Boy, a la cual le cambio el final por "darling O", espero que Sean no se ofenda, su papá ya no está por aca para hacerlo.

Ya lista para salirme del cuarto O me dice que quiere hacer pipi, se baja de la cama y me dice:

- Mamá, ¿me quitas el barandal por favor?

Upss... pensé que se le había olvidado.

- ¿Seguro O?, podemos dejarlo otros días más.

- No me caigo mamá.

Cómo un acto tan aparentemente insignificante me hace ver la velocidad con la que pasa el tiempo. No, no lo lamento, sólo reflexiono y lo disfruto.

O crece cada día, cada día explora más, cada día veo como adquiere más seguridad para volar un poco más alto. Y me encanta.

sábado, 13 de marzo de 2010

Comida de sábado

- Ya no quiero má(s), quiero po(s)tre.

- ¿Qué quieres de postre?

- Coca.

- ¿Coca? -Pienso rápido y me imagino- ¿paleta roja? -me contesta con su expresión- pues dilo bien O.

- Rojca. 

- Hijo de tu madre, - veo que con un pequeño esfuerzo logra decir algo que se asemeja mucho más a lo que quiere decir.

- No, de tú.

(wtf)

lunes, 8 de marzo de 2010

De costumbres nocturnas

Me levanto de tu cama después de leer y acurrucarnos un ratito. Me recuerdas que te dé un beso más tarde, cuando ya estés dormido.

Me pongo mis tenis y me subo a la elíptica mientras veo una película. Al terminar camino hacia mi recámara para darme un regaderazo y veo el pasillo demasiado iluminado. Entro a tu recámara y la lámpara del buró está prendida. Tu cabeza está del lado donde van los pies y estás totalmente destapado. Apago la luz, te acomodo y te tapo. Ni siquiera despiertas. Te doy el beso prometido.

De mañana, después de que te metes a mi cama te digo.

- O, anoche entré a tu cuarto y estaba la luz prendida.

- Sí, leí.

miércoles, 24 de febrero de 2010

Y es sólo el inicio (o eso dicen)

 Entro a su recámara y lo encuentro parado en el filo del baúl detenido de la tapa. 

- O, ¿qué estás haciendo? ¿qué estás tratando de probar?

- Límites.

- ¿Qué?

miércoles, 17 de febrero de 2010

De mañana

¿Por qué tiene que ser tan difícil alimentar y vestir a un niño de tres años? ¿Habrá que cambiar el cereal? ¿O será mejor recurrir a los famosos ponches que nos hacía tomarnos mi mamá de niños? 

Ultimamente hasta tomar el jugo lo complica, antes lo acababa y quería más. ¿Habrá que cambiar de sabor? Antes el ganar por oír el "pez" en la mañana era suficiente estímulo. ¿Habrá que cambiar los premios?

No sé, sólo sé que hoy fue muy complicado salir de casa a tiempo.

martes, 16 de febrero de 2010

Del cansancio

Manejo hacia la escuela de O y me siento cansada. Es sólo martes, dormí siete horas y media casi de corrido y estoy agotada. 

Sé que no es la actividad física de O la que me tiene así. Aunque él corre y brinca sin parar, yo lo observo desde la banca del parque, o lo espero abajo de la resbaladilla, camino a su lado mientras él pedalea en el triciclo. El cansancio es de responsabilidad. 

Las decisiones, tanto en el día a día como las fundamentales, son sólo mías. Aunque haya quien me ayude a pensar, la única responsable soy yo. Y no es fácil. No me quejo, no esperaba que lo fuera, sólo digo que el cansancio se acumula y tengo que buscar cómo resolverlo.

lunes, 15 de febrero de 2010

De procesos y desarrollo

Por mi mente pasa constantemente las frases "los niños procesan diferente" y "el proceso de desarrollo no es lineal". 

Lo sé, mentalmente lo sé, ¿pero cómo hago para que mis reacciones sean consecuentes a esas piezas de información?

Pienso si esta incapacidad mía tiene que ver con no haberlo conocido desde el inicio, con no haber visto su desarrollo desde el principio. 

Busco formas de integrar este conocimiento a cosas concretas.