lunes, 8 de marzo de 2010

De costumbres nocturnas

Me levanto de tu cama después de leer y acurrucarnos un ratito. Me recuerdas que te dé un beso más tarde, cuando ya estés dormido.

Me pongo mis tenis y me subo a la elíptica mientras veo una película. Al terminar camino hacia mi recámara para darme un regaderazo y veo el pasillo demasiado iluminado. Entro a tu recámara y la lámpara del buró está prendida. Tu cabeza está del lado donde van los pies y estás totalmente destapado. Apago la luz, te acomodo y te tapo. Ni siquiera despiertas. Te doy el beso prometido.

De mañana, después de que te metes a mi cama te digo.

- O, anoche entré a tu cuarto y estaba la luz prendida.

- Sí, leí.

5 comentarios:

Mond dijo...

No hay duda de que es tu hijo.

Me sigo riendo porque sé perfecto que lo que dijo fue "tí, leí".

Lo amo, sí sabías, ¿no?

Sylvia dijo...

Además si hubieras oído el tono de "pues qué esperas, que no es lo que se hace en la noche cuando mi mamá me deja dormido".

Sylvia dijo...

Y sí por supuesto que lo sé. Fue instantaneo y mutuo.

dijo...

Es un niño maravilloso y, como dice Mond, no hay duda de que es tu hijo.

¿Acaso hay otra cosa que se pueda hacer cuando todo el mundo cree que es hora de dormir?

Es adorable.

La Blu dijo...

¿leí?
:O
:O

Te amo Osito.
Me haces sentir muy orgullosa de estar cerca de ti.