Hoy hablé a casa de mi hermano y con la sopresa que me contestó el primo Xilo. Le conté de los origamis que hice y O quiso hablar con él.
Sólo conozco una parte de la conversación:
- Xiiiilo... ¡hola! ¿Te acuerdas cuando jugamos futbol? Hace mucho que no te veo.
- ¿Sabes hablar alemán? ... Yo sí.
- ¿Cuándo llegas a Monterrey?
[adivino que dice no sé]
- ¿Nos vemos allá para jugar futbol?
- Te quiero mucho primo Xilo.
Vuelvo a hablar con mi sobrino y me pregunta cuántos años tiene O. Este me oye decir que va a cumplir cinco años.
- Mamá, quiero hablar con él otra vez.
Le paso el teléfono de nuevo.
- Xilo, te quiero invitar a mi fiesta. Es en enero. A ver si puedes venir.
No logro sobreponerme de cómo me conmueven las palabras y la actitud de mi hijo. De ver y sentir cómo son importantes los vínculos familiares.
Diario confirmo el valor de la continuidad...
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